Flores de matrimonio en un arco de madera.

Casarse o no casarse: cómo afecta el matrimonio a tus finanzas

Hoy en día, la gente considera todo tipo de factores importantes antes de dar el «sí, quiero». Te contamos algunos de los beneficios económicos e inconvenientes del matrimonio.

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En cierto punto de toda relación estable, la gran pregunta es siempre inevitable: «Bueno, ¿y vosotros dos cuándo os casáis?». En el pasado, el camino desde el noviazgo hasta el matrimonio para después pasar a vivir juntos y tener hijos solía ser algo incuestionable. El estilo de vida de la sociedad ha cambiado, han surgido nuevas alternativas frente a este modelo tradicional y el matrimonio ya no es algo que se dé por sentado. 

Hoy en día tomar la decisión de casarte implica valorar muchos factores importantes. Para ayudarte a prepararte para dar el «sí, quiero» —o no—, hemos hecho una recopilación de las últimas estadísticas e información sobre todas las repercusiones legales y económicas que puede tener el matrimonio.

Formas modernas de ver el matrimonio y cómo han cambiado

Entre 1964 y 2019, las tasas de matrimonio en toda Europa han caído alrededor de un 50 %, y en Estados Unidos, Canadá y Australia ha habido un declive similar. Esta tendencia también se está dando en sociedades de todo el mundo. En 2022, China informó de que el país había alcanzado la tasa de matrimonios más baja desde 1986, y se estima que el 89 % de la población mundial ahora mismo vive en países en los que el número de matrimonios está disminuyendo.

Mientras que la mayoría de gente joven está de acuerdo en que casarse tiene muchos beneficios económicos, muchas personas prefieren priorizar otros objetivos antes de pasar por el altar. Por ejemplo, alcanzar la estabilidad económica, concentrarse en su carrera profesional o pagar deudas pendientes. La generación millennial no es la única que da prioridad a su estabilidad económica. El 66 % de la generación Z también relega el matrimonio y pone otras prioridades por delante: su independencia económica, alcanzar el éxito profesional y tener su propia casa. 

Convivir antes de casarse

Este cambio de prioridades ha causado que más parejas se vayan a vivir juntas antes de casarse, cosa que no era tan frecuente en el pasado. De hecho, la cifra de parejas que lo hace hoy en día se ha multiplicado por seis. En Reino Unido, la cifra de parejas cohabitantes ha aumentado en un 25 % entre 2008 y 2018, sobrepasando así a las parejas casadas y convirtiéndose en el grupo demográfico de más rápido crecimiento. Esta misma tendencia también se está dando en toda Europa y en Estados Unidos. Convivir ya no solo es parte de la etapa de matrimonio, ahora es una de las fases del noviazgo y, más adelante, podría conducir al matrimonio... o no. 

Además, debido al estancamiento de los salarios y al aumento constante del coste del alquiler y del acceso a la vivienda propia, la convivencia tiene sentido desde el punto de vista económico para muchas parejas jóvenes. Compartir los gastos del alquiler les ayuda a disminuir su carga económica y a tener más oportunidades para ahorrar.

La generación millennial no tiene prisa en pasar por el altar

Tras presenciar cómo muchos de los matrimonios de la generación de sus padres han acabado en divorcio, hoy en día la gente tiende a ser más precavida y estratégica con sus relaciones. Comparada con las generaciones anteriores, la millennial está esperando cuatro años más que la generación X y siete años más que la baby boomer para casarse. Esto también ha contribuido a que las tasas de divorcio sean más bajas. Los divorcios han disminuido en alrededor de un 24 % desde los años 80. Esto podría deberse a que las últimas generaciones ya eran mucho más cuidadosas a la hora de elegir pareja.

Los beneficios del matrimonio

Para muchas parejas, casarse es uno de los momentos más felices de sus vidas. Puede tener un impacto positivo en su salud y longevidad y aportar una sensación de seguridad. Además, muchas personas se sienten aliviadas al saber que ya están fuera del mercado. Otra ventaja es que muchas parejas casadas tienen un colchón de ahorro más grande, así como diversas ventajas fiscales. Si te decides a dar el «sí, quiero», estas son algunas de los beneficios que te esperan (además de pasar tu vida con la persona que más quieres).

Ventajas fiscales para parejas casadas

Una vez se casan, las parejas disfrutan de una gran variedad de ventajas fiscales. Aunque los beneficios fiscales varían de un país a otro, en general suelen incluir una reducción del impuesto sobre las ganancias de capital, sobre la renta y un impuesto de sucesiones menor o nulo. 

Las parejas casadas residentes en Luxemburgo, Alemania, Irlanda, Polonia y Bélgica son las que más se beneficiarán de estas normativas fiscales. Mientras tanto, las que vivan en Grecia, Malta y Chipre verán que disponen de menos ingresos debido a la reducción de las prestaciones y pensiones, que están sujetas a una comprobación de recursos.

Gasto y ahorro compartido

Aparte de los potenciales beneficios fiscales, algunos estudios indican que, en general, las parejas casadas son cuatro veces más ricas que las parejas no casadas cohabitantes. Esto podría deberse a que las parejas casadas cuentan con la seguridad económica necesaria para tomarse tiempo suficiente en la búsqueda de empleo, lo que les permite acceder a puestos más lucrativos. Los investigadores también sostienen que las parejas casadas tienen una mayor motivación para escalar en su carrera profesional de forma más rápida que las parejas no casadas, ya que saben que su cónyuge se verá directamente afectado por su salario.

¿El matrimonio es la clave de la felicidad?

Algunos estudios indican que las parejas casadas son un 8,8 % más felices que las personas divorciadas o separadas, siendo el matrimonio el principal indicador de felicidad, por encima de su situación económica. Además, es probable que las parejas casadas que consideran a su pareja como su mejor amiga (alrededor del 50 %) sean mucho más felices. No sólo más que las personas solteras, sino también un 50 % más que el resto de casados. 

Sin embargo, algunos investigadores piensan que las parejas casadas pueden parecer más felices que las no casadas y que las personas solteras simplemente porque las personas que son más felices tienen más probabilidades de contraer matrimonio. Asimismo, aunque la felicidad en los matrimonios alcanza su punto máximo durante el primer año, los niveles de felicidad vuelven a la «normalidad» después de unos años.

Matrimonio y finanzas

El matrimonio puede venir acompañado de grandes beneficios económicos, legales y sociales, pero también de algunos inconvenientes. Con un 40 % de mileniales firmando un acuerdo prematrimonial antes de casarse, podemos ver que la gente contempla el matrimonio de una forma cada vez más pragmática y considera todos los escenarios posibles. Al fin y al cabo, antes de dar el «sí, quiero» es importante ser consciente de los aspectos negativos.

El coste de la boda

En 2022, el coste medio de una boda fue de 30.000 $, es decir, unos 27.000 €. Esta cantidad podría ser la equivalente a la entrada de un piso o el precio de un coche. En general, la parte más cara de la boda suele ser el lugar de celebración, responsable de casi un tercio de los gastos, y el catering. Este cuesta una media de 71 $ por cabeza (unos 65 €). Por supuesto, un mayor número de invitados implica también mayores gastos. Las bodas en Europa suelen tener alrededor de 100-130 invitados, lo que equivale a casi 7.500 € solo gastados en comida. 

Pero no solo es el día en sí lo que tiene un precio elevado. En Europa, la gente se gasta 2.300 € de media en el anillo de compromiso, y algunos clientes pagan incluso por un seguro de anillo que cuesta alrededor del 1-2 % del valor del anillo al año. Y tampoco podemos olvidarnos del coste de la luna de miel. O sea, que sí, los gastos se van acumulando rápidamente. Por supuesto, el precio de la boda puede variar significativamente dependiendo del tipo y tamaño del evento. 

La obsesión con tener hijos

Nada más pasar por el altar, la pareja empieza a sufrir el interrogatorio de sus familiares: ¿y cuándo vais a tener hijos? Este tipo de preguntas no se suele hacer con malas intenciones —sólo son el estereotipo de padres que esperan con ansia a su primer nieto—, pero no suelen pensar en los deseos o circunstancias personales de la pareja.

Mientras que muchas parejas casadas sí que quieren tener hijos, el número de parejas que decide no tenerlos también está en aumento. Un 25 % de parejas casadas no quiere tener descendencia, mientras que una de cada siete parejas sí quieren, pero tienen problemas para concebir. Este es uno de los motivos por los que es mejor no preguntar a la gente si planean tener hijos o no; se trata de una decisión muy personal y un tema sensible.

El coste del divorcio

Aunque las parejas más jóvenes se están divorciando menos que las generaciones anteriores, todavía hay un alto porcentaje de matrimonios que acabará en separación. Sin embargo, divorciarse es caro. El 68 % de parejas que se divorcian afirman tener problemas económicos sin resolver, ya que el coste del divorcio ronda los 16.500 €

Esta cifra podría ser incluso más alta. Si tienes en cuenta los costes de la mudanza, el comprar muebles nuevos y el hecho de que ya no compartes gastos con otra persona, te das cuenta del alto coste que puede tener un divorcio. Una de las mejores formas de evitar esta crisis financiera es ahorrar para un fondo de emergencia. Así, en el peor de los casos, tendrás un colchón de ahorro que amortiza esta dura caída.


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